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martes, 27 de septiembre de 2016

[ RESEÑA ] Las torres del olvido. George Turner

Las torres del olvido (1987)

Análisis y opinión

elige-un-libro
George Turner
Ediciones B
Nova
478 Páginas
Ciencia ficción - distopía

Las torres del olvido nos invita a un viaje hacia un posible futuro cercano. A mediados del siglo XXI, una sociedad completamente desestabilizada lucha por sobrevivir en medio de una crisis social, económica y ecológica. 

En un futuro indeterminado las personas intentan reconstruir el pasado de lo que denominan "La cultura del invernadero", que entró en crisis a partir del año 2040. La historiadora Lenna Williams ha recopilado suficiente información sobre las personas que protagonizaron dichos acontecimientos, a través de documentos históricos y del registro e investigación de los restos de unas enormes torres medio sumergidas en el mar, en las cuales vivían hacinadas las familias más pobres de la ciudad de Melbourne, Australia. 

"Si la historia debe registrar la ascensión del hombre, también ha de recoger las etapas de su caída." Pág. 20.

Pero Lenna, no solo ha reconstruido la cultura del invernadero en base a conceptos y términos académicos incomprensibles para el ciudadano común. Vio que la mejor forma de retratar dicho tiempo y hacer llegar el mensaje a todas las personas era escribiendo una novela, por lo cual recurre a un famoso actor y comediógrafo para que la lea y le de su opinión. 

El mar y verano. Una reconstrucción histórica por Lenna Williams. Pág. 32

Los acontecimientos de la novela de la doctora Williams se desarrollan entre los años 2041 y 2061. La sociedad se encuentra dividida en dos. Por un lado tenemos a los "supra" que engloba a todas las personas que tienen un nivel socio-económico medio-alto, y los "infra" que representan la parte olvidada de la sociedad; no tienen empleo, ni educación, poseen un lenguaje propio que procede de la deformación del lenguaje tradicional y viven de lo poco y nada que les entrega el estado, lo que incluye unas enormes torres con diminutas habitaciones, casi cubículos, en donde debían vivir familias de hasta once personas. El planeta se encuentra sobrepoblado.

"Nunca me pregunté entonces, cómo el noventa por ciento de los diez millones de habitantes de la ciudad podían comprimirse en la décima parte de su superficie". Pág. 44.

Una familia supra, que vive con lo justo para mantener su status, sufre un revés económico que los hace caer en la escala social a un paso de convertirse en "infras". Por lo que se deben desplazar a vivir a un lugar llamado "La periferia", muy cercano a los barrios infra, donde se levantan majestuosamente las enormes torres. La familia Conway acostumbrada a una vida supra deberá adaptarse a este nuevo estilo de vida, lo que causará irreconciliables conflictos entre los integrantes de la familia. 
El clima hostil de la zona se deja sentir inmediatamente a su llegada por medio de la extorsión. Encontrarse en la periferia de un barrio infra significa quedar expuestos a su influencia y a sus leyes. La policía no se asoma por aquellos lugares, y en medio del caos, los infra se han adaptado a la soberanía del "Jefe de torre", un hombre que por medio de su influencia y sus seguidores se preocupa por mantener el orden por medio de su red de protección a cambio de una módica suma. Billy Kovacs es el jefe de la torre veintitrés, él ejercerá una profunda influencia en la familia Conway, quienes abandonados por un mundo clasista e insensible harán todo lo posible por no seguir cayendo en el abismo e intentaran utilizar todos los medios para volver a ser supra. Mientras tanto deberán soportar los efectos de la superpoblación, la devaluación del dinero, inundaciones debido al alza del nivel del mar causado por el derretimiento de los casquetes polares, y la vida al borde de la insalubridad, de una sociedad infra que carece de los implementos básicos para subsistir. 

"Había sido la consigna más destacada tres décadas antes: la búsqueda de la riqueza, la supervivencia del lobo; el deterioro del sistema monetario a medida que el hambre aumentaba, y el aumento del hambre a medida que la población se incrementaba desmesuradamente y los alimentos pasaban a ser el campo de operaciones del soborno y la extorsión de alcance internacional". Pág. 107.

La corrupción en la policía y en los gobiernos ya es aceptada como tal, y simplemente se ignora. Es tanto el caos que todas estas pequeñas corrupciones terminan siendo fundamentales para mantener un pequeño orden. Pero a veces las cosas se salen de control y ciertas teorías conspirativas que se creían simples leyendas comienzan a hacerse realidad de forma sorprendente. Y los habitantes de la sociedad infra deberán enfrentarse a una macabra idea de control de la natalidad por parte de las altas esferas del poder. 


La estrutura narrativa es muy creativa, es una historia dentro de una historia. Para eso el autor nos presenta en un comienzo a los personajes que se encargarán de leerla y a la historiadora que es la autora de la novela, que en sí es el libro que nos presenta George Turner. Esta estructuración no es azarosa ni decorativa, tiene un propósito bien definido, que le da sentido a muchas de las ideas sobre el futuro que presenta la obra. 

La narración es hecha en primera persona por los miembros de la familia Conway y por personas cercanas a ellos. Por lo tanto podemos apreciar los hechos desde la perspectiva de los Conway que al venir de una sociedad supra, tienen un criterio muy sesgado y discriminatorio. Por  otro lado, sus cercanos nos entregan la otra perspectiva, de cómo los Conway se adaptan a los cambios a los que se ven arrastrados por el destino. Hay un análisis mutuo entre personajes bien enriquecedor, podemos verlos por dentro y por fuera mientras sobreviven en un mundo que enfrenta una crisis simultánea: económica, social y ecológica. 

"Aquellos eran los años en que se fundía la capa de hielo antártica, enfriando las principales corrientes y alterando sus cursos; cuando cambiaron los gradientes de temperatura y la línea de los vientos predominantes, anegando desiertos incultivables bajo aguas inútiles mientras los antiguos bosques eran tostados y desnudados por la crueldad del sol". Pág. 253. 

En este ambiente casi apocalíptico, en donde la sociedad se cae a pedazos, el autor nos presenta un protagonista camuflado, un héroe ante la adversidad. A pesar de tener múltiples narradores, el jefe de torre Billy Kovacs en ningún momento hace el papel de narrador, siendo un personaje vital para el desarrollo de los acontecimientos; su sola presencia sostiene todo el argumento y le da continuidad a la historia. Todos los personajes giran alrededor de él. Entre líneas el autor deja en evidencia su importancia, dejando pistas a lo largo de todo el libro. Este mundo que se destruye, que se desmorona, no tendría el mismo efecto sin un héroe, alguien que intentara oponerse a los hechos desastrosos, a las calamidades, tanto naturales como humanas. Y lo construye a través del relato de los otros personajes; lo que empieza como un fantasma, como una idea, termina tomando forma gracias al testimonio de ellos, lo hacen real y concreto: aparece el caballero andante, el héroe quijotesco. 

"Debería llorar por Kovacs, el mejor de todos ellos, la única persona irreemplazable, retorcida y desperdiciada, pero irreemplazable". Pág. 438.

Kovacs es un héroe concreto, real, que sufre y se equivoca. Salido desde las entrañas del mundo infra, se enfrenta a la adversidad con las reglas de la calle y su cuchillo al cinto, se adapta a la cambiante sociedad infra; tiene una plasticidad fenotipíca. El autor lo dibuja alto y flaco, con huesos que se le marcan bajo la piel, sin ser desnutrido; con apariencia frágil pero resistente, con cara mentón y nariz puntiagudos, su ropa es sucia y desaliñada, tiene constantes episodios de locura y su refugio es el amor. No importan los engaños ni el encantamiento. Kovacs va al galope hacia la destrucción. 

"Solo un loco mataría a Kovacs. Sin hombres de su especie no tendríamos siquiera el Estado glacial, sino un manicomio en ruinas". Pág. 438.

Con personajes tan inolvidables como Kovacs, el autor nos sumerge en este mundo que se hunde, en esta ficción profética de mediados del siglo XXI extrapolada a partir de los hechos de finales del siglo XX; como el sistema capitalista, el daño al medio ambiente, el aumento de la población, el reemplazo del hombre por la máquina, el egoísmo, el individualismo y la corrupción. El autor rechaza que él logre hacer una predicción acertada, ya que las variables son demasiadas y resultaría imposible, pero podría acertar si el mundo no comienza a cambiar desde ahora, si lo gobiernos se dedicaran a planificar a futuro y no a corto plazo. 
La crisis viene del hombre, que ha perdido con el tiempo la voluntad de superarse a sí mismo y ha caído en un profundo pozo existencial. He ahí la gran diferencia entre supras e infras, los que lo tienen todo y los que no tienen nada y deben luchar por vivir día a día. En ellos está la esperanza del mundo, en los que se esfuerzan, en los que sufren. La sociedad infra que se reinventa a cada instante es donde el autor pone la esperanza, es donde nacerá el "hombre nuevo".

"Él sería uno de aquellos "hombres nuevos" que yo no alcanzaba a definir, la raza que utiliza toda su experiencia de la vida en lugar de buscar refugio en el profesionalismo, gente aprovechable, cualquiera fuese la evolución de la cultura". Págs. 328-329.

La historia es sumamente reflexiva, su prosa es lenta y metódica. Es un libro que se analiza página a página, está lleno de mensajes: literarios, ecológicos, políticos, económicos, sociales. Tiene cierta crudeza, con un tono decadente y melancólico, no teme indagar en la visceralidad de los sentimientos  humanos. Tiene diálogos muy agudos que destapan grandes verdades. Por lo tanto es un libro para leer pausadamente y no lo recomiendo para el lector ansioso o apresurado. 

Si han leído 1984 de Orwell o Un mundo Feliz de Huxley, estoy seguro que este libro los dejará con la misma sensación, sigue la misma línea, pero abarca una mayor cantidad de temas de forma mucho más detallada. No por nada fue merecedor del premio Arthur C. Clarke en 1988. 

 

Muchas gracias a Ediciones B Chile por el envío del ejemplar

Ricardo Carrión
Administrador del blog


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